• 15 edició
  • Festival de literatura i arts infantil i juvenil
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C. del Art 80, baixos
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RESERVA PLAZA EXPERIENCIA POÉTICA 360º Una experiencia FLIC articulada en cuatro acciones creativas y complementarias que permitirán al alumnado vivir la poesía de forma activa, artística y significativa. Cada acción invita a explorar una parte del proceso literario y creativo, desde la experiencia oral hasta el contacto directo con los autores. LA ESCUELA VA AL FLIC DEL 26 AL 30 DE ENERO EN LA FABRA I COATS (Plazas limitadas)
PRIMARIA
4º a 6º
Fechas
26 al 30 de Enero
Horario
10:00h a 11:30h
Precio grupo clase
190€
SECUNDARIA
1º ESO
Fechas
28, 29, 30 de Enero
Horario
12:00h a 13:30h
Precio grupo clase
190€

En este primer paso, los alumnos escuchan un recital de poesía donde se pone en valor la musicalidad, el ritmo y la emoción de las palabras dichas en voz alta. Escuchar poesía recitada ayuda a conectar con el lenguaje poético de manera viva y sensorial, abriendo la puerta a la imaginación y a la expresión personal.

ESCUCHAR

A partir del recital, los alumnos son invitados a crear sus propios poemas. Escribir poesía es una forma de poner en práctica el lenguaje, de jugar con las palabras y de dar forma a pensamientos y emociones. Este proceso fomenta la creatividad y el gusto por la expresión escrita.

Escribir

Una vez creados los textos, los alumnos diseñan un cartel que representa visualmente su poema. Esta etapa permite explorar la relación entre palabra e imagen desde una perspectiva artística y gráfica, dando una dimensión visual y creativa a sus trabajos poéticos.

Hacer un cartel

Conocer a los autores

Finalmente, los alumnos tendrán la oportunidad de conocer a poetas entrevistándolos. Para preparar estas entrevistas, trabajarán previamente en la escuela, formulando preguntas y reflexionando sobre el proceso creativo y sobre todo aquello que quieran saber. Esta preparación permite que el encuentro sea más rico y significativo, ya que los estudiantes llegan con curiosidad e interés, lo que acerca la figura del creador, facilita la comprensión de su trabajo y motiva tanto la lectura como la creación literaria. Así se establece un vínculo directo y vivo entre el alumnado y la literatura contemporánea.

¿QUÉ APORTA EL TRABAJO POÉTICO EN EL AULA?

Trabajar la poesía en el aula aporta mucho más que el simple conocimiento de textos literarios. Es una herramienta poderosa para desarrollar habilidades lingüísticas, creativas y literarias, y una de las grandes aliadas para fomentar el gusto por la lectura.

  1. Desarrolla el pensamiento crítico y simbólico.
    La poesía invita a leer entre líneas, a interpretar imágenes y metáforas, a jugar con el doble sentido. Esto estimula la capacidad de pensar de forma abstracta y de analizar desde diferentes perspectivas.

  2. Enriquece el lenguaje y la expresión oral y escrita.
    Gracias a su uso preciso y sugerente de las palabras, la poesía ayuda a niños y jóvenes a ampliar su vocabulario, explorar ritmos y sonidos, y mejorar su capacidad de comunicación tanto oral como escrita.

  3. Favorece la expresión emocional.
    Los poemas permiten conectar con emociones propias y ajenas. Escribir o recitar poesía puede ser una vía para expresar sentimientos que a menudo cuesta decir de otras formas.

  4. Estimula la creatividad.
    Las formas libres, los juegos de palabras y los ritmos propios de la poesía fomentan la imaginación y la experimentación con el lenguaje. El alumnado puede crear con libertad, sin miedo a “equivocarse”.

  5. Mejora la escucha activa y la memoria.
    Recitar, escuchar y repetir poesía ayuda a trabajar la atención, la musicalidad del lenguaje y la memoria auditiva. Es una actividad que requiere concentración y disfrute a partes iguales.

  6. Potencia la cohesión del grupo.
    Compartir poesía en el aula —ya sea leyendo, escribiendo o recitando— crea vínculos. Se generan espacios de respeto, escucha y emoción colectiva, ideales para fortalecer el clima del grupo.

EL GUSTO DE HACER, EL GUSTO DE APRENDER

Cuando una actividad nos cautiva, cuando la disfrutamos, aprender se vuelve algo natural. No hace falta insistir, ni repetir, ni imponer: el conocimiento se integra de forma implícita, casi sin darnos cuenta.

  1. Cuando lo pasamos bien, bajamos barreras.
    El juego, la sorpresa, el humor o la estética despiertan interés y emoción. Esto hace que el cerebro esté más receptivo: la atención se activa, la memoria se fortalece y la motivación crece.

  2. El placer multiplica la curiosidad.
    Cuando disfrutamos haciendo algo, queremos saber más, repetirlo, ir más allá. Esa curiosidad es el motor natural del aprendizaje: quien se lo pasa bien, quiere aprender más.

  3. La experiencia deja huella.
    Las vivencias agradables se asocian a emociones positivas, y eso hace que el recuerdo sea más vivo y duradero. Un poema que te ha hecho reír, una actividad que te ha emocionado o un descubrimiento hecho jugando no se olvidan fácilmente.

  4. Aprender desde el cuerpo, los sentidos y las emociones.
    Cuando hacemos, creamos o experimentamos con todo el cuerpo —no solo con la cabeza—, el aprendizaje es más rico y global. No es solo información, es vivencia. Y las vivencias nos transforman.

  5. El gusto por aprender nace del gusto por hacer.
    Si la lectura es un juego, si la escritura es expresión, si la poesía es descubrimiento, si el arte es conexión… entonces la escuela se convierte en un espacio de placer y conocimiento.

SOBRE LA IMPORTANCIA DE CONOCER A LOS AUTORES

Conocer a los autores y autoras es una pieza clave para fomentar un verdadero amor por la lectura, especialmente entre niños y jóvenes que están empezando a construir su relación con el mundo literario. Cuando el alumnado puede poner rostro, voz y vida a quien está detrás de un libro, la lectura trasciende el simple acto de descifrar palabras y se convierte en una experiencia profunda y significativa. Los textos dejan de ser solo signos sobre el papel para convertirse en puentes vivos de comunicación y diálogo entre creador y lector, abriendo caminos hacia la comprensión y la reflexión. Saber quién escribe, cómo piensa y por qué crea no solo despierta la curiosidad, sino que genera una conexión emocional que enriquece la lectura y facilita una interpretación que va más allá de lo literal. Esta humanización del autor —a menudo percibido como una figura distante, casi mítica— nos recuerda que escribir es un acto vulnerable y humano, lleno de dudas, juegos y procesos creativos que conectan con la vida cotidiana. Cuando los alumnos comprenden que los autores también experimentan, se equivocan y se inspiran en el mundo que los rodea, se sienten reflejados y empoderados, lo cual no solo les impulsa a leer más, sino también a escribir y crear desde su propia voz. En este sentido, conocer a los autores se convierte en un elemento transformador que abre la puerta a una relación viva, íntima y participativa con la literatura, donde la lectura no es una imposición, sino un diálogo continuo, un proceso de aprendizaje compartido y un placer que alimenta la mente y el alma.